Día

 

“Busca a Dios en oración de todo corazón”

“No se preocupen por nada, en cambio oren por todo. Dígale a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que Él ha hecho”. (Filipenses 4:6 NTV).

 

La oración es una conversación sincera con Dios. Al orar por todo a Dios le demostramos la dependencia y confianza que tenemos en Dios. Eso nos ayuda también a tomar mejores decisiones en nuestra vida. Y, así estar siempre agradecidos con Dios por lo que hace en nuestras vidas. (1 Tesalonicenses 5:18).

La experiencia y lección que tuve en mi vida fue de preocuparme demasiado. La preocupación en exceso puede causar al cuerpo y a la mente un desgaste físico emocional y espiritual. Las preocupaciones pueden también desarrollar enfermedades físicas y mentales. Y eso fue lo que yo experimenté en mi vida. Tuve que enfrentar ataques de pánico, ansiedad y miedos. Eso fue el resultado por haber tenido una actitud autosuficiente al querer resolver yo misma a mi manera mis problemas; por no haber confiado en Dios en su momento. 

Un día Dios confronto mis miedos y ansiedades con su Palabra en el Salmo 27:1 (RVR 1960) el cual dice: “Jehová es mi luz y salvación, ¿de quién temeré? Jehová es la confianza la fortaleza de mi vida. ¿de quién era atemorizarme?” Cuando leí este versículo y medite en el, sentí que Dios me estaba preguntando directamente a mí: “Hija, si tú crees que yo soy tu luz y tú Salvador, ¿Por qué tienes miedos? Si tú dices que yo te doy las fuerzas a tu vida ¿Por qué tienes ansiedad? Sentí que Dios me quito un gran peso de encima. Pude sentir su paz, con el tiempo mis ansiedades desaparecieron y mis miedos también. La lección aprendida fue “orar por todo” y “tener una actitud positiva en medio de los problemas y preocupaciones”. Dios siempre está conmigo, aunque a veces los afanes de la vida nos hacen olvidar la Palabra y promesas que Dios tiene para sus hijos.

 

Rosa Mejía.