Día ❷❹

 

Orando con alegría

“Siempre que oro, pido por todos ustedes con alegría”. Filipenses 1:4 (NTV)

Vivir la vida feliz se caracteriza por el agradecimiento a Dios y las personas. Una de las lecciones que aprendí de mis padres fue siempre a dar gracias a las personas cuando hacían algo por mí, pero, tenía que ser con amabilidad.  

Pablo no siempre fue tratado de buena manera por los no creyentes y por los cristinos. Sufrió ofensas, fue tratado injustamente por los corintios (2 Cor. 11:22-23), otros al saber de su entendimiento del cristianismo en el camino a Damasco y como un nuevo seguidor de Cristo fue rechazado por su pasado (Hch. 9:26), también sufrió el abandono (2 Timoteo 4:16) y cuando visitó Filipos fue maltratado. En su carta a los filipenses podemos notar que siempre fue amable con los creyentes de esa iglesia por su gran apoyo económico que dieron y sus oraciones en favor del avance del reino (Fil. 1:5; 4:10, 19). Al apóstol no guardo rencor y resentimiento con ninguna persona.

Pablo muestra gratitud por todos los creyentes. Esto es una evidencia de lo que había en el corazón de apóstol. Siempre recordaba a los creyentes con gratitud llena de gozo y oración continua por ellos. De esto, se aprende que no debe haber rencor en el corazón de aquellos que siguen a Jesús. 

De hecho, solo un corazón que está agradecido con Dios por la obra transformadora de Jesucristo, que cada día busca tener su imagen ora siempre con gozo en favor de ellos. No dejes de orar por todos, especialmente por los hermanos en Cristo.