Día

 

Piensa en las enseñanzas de la oración

“Orad sin cesar” 1 Tesalonicenses 5:17 

 

 

Nuestra definición que tenemos de la oración es hablar con Dios; sea correcta o incorrecta, se basa en el concepto de cómo se percibe. La definición más correcta de la oración es compararla con la respiración de nuestros pulmones y nuestra sangre que fluye en todo el cuerpo. Nuestra respiración nunca cesa; no estamos conscientes de ello, pero nunca dejamos de respirar. Si esto pasa la vida se va. Entonces, la oración es la vida misma del creyente, sin ella no puede funcionar. Si dejas de orar colapsas espiritualmente. Cuídate de cualquier cosa que detenga el flujo de la oración. “Orado sin cesar…” aconsejo el apóstol Pablo. Mantén el hábito aunque parezca trivial, ora desde lo más profundo de tu corazón, se sinceró en toda oración, puesto que Dios dice que va a responder si eres obediente (2 Crónicas 7:14).

Jesús dijo que toda oración siempre seria contestada. Tenía la seguridad que la oración es ilimitada. ¿Tenemos mediante el Espíritu Santo la misma certeza que Jesús tenía acerca de la oración, o nos dejamos llevar por el influir de las experiencias que nos ha dada la sensación que Dios no respondería nuestras oraciones? Jesús dijo, “pedid y se os dará…” (Lucas 11:9). Dios siempre responde la oración de la mejor manera. Sin embargo, Dios no siempre responde la oración de la misma forma o inmediatamente como la deseamos. ¿Seguiremos confiando que Dios responde la oración?

Evitemos caer en el peligro de diluir lo que Jesús enseño de la oración para que acuñe a nuestra forma de pensar. La oración no se interpreta por el sentido común, porque entonces lo que él dijo no valdría la pena. Los principios o cosas que Jesús enseño acerca de la oración son verdades relevantes que él nos revela.                                                                                                                             

 

Pastor Hugo Gallegos.